Este es un Instituto de investigaciones de doble dependencia, entre la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP) y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) bajo la figura de Unidad Ejecutora. Este centro está orientado principalmente a investigaciones científicas y formación de recursos humanos de postgrado en áreas de importancia de la ecología marina y de ambientes costeros.
Esencialmente reúne dentro de una misma estructura una serie de grupos de investigación que tienen una importante historia de interacciones académicas (proyectos y subsidios en común, y dirección conjunta de tesistas y becarios) y de objetivos compartidos o relacionados que los vinculan.
En términos de investigación, propone un programa marco que es complementario de las actividades que hoy se realizan en otras instituciones de investigación aplicada, pero reforzando fuertemente el vínculo entre éstas y la Universidad, de manera de impulsar el desarrollo de áreas de investigación que debido a sus objetivos no pueden ser cubiertas por las instituciones que desarrollan temáticas de carácter aplicado.
En los aspectos de formación de recursos humanos tiene una activa incorporación de Becarios Doctorales y Postdoctorales, y colabora en la generación de una oferta estable de cursos de postgrado de la FCEyN-UNMDP. En ese sentido los investigadores de este instituto son claves en generar un programa de cursos predecibles y de excelencia académica.
De esta manera el IIMyC se constituye como un instituto de excelencia académica, con un fuerte énfasis en investigación y formación de recursos humanos en ecología marina y costera.
El principal objetivo de este Instituto es estudiar la importancia de los ecosistemas de interfaz (marismas, áreas costeras -dunas, intermareales- y frentes marinos) del Mar Argentino, y sus cuencas relacionadas. La plataforma continental puede concebirse, a la escala del paisaje, como formada por parches de diferentes masas de agua, que definen diferentes tipos de interfaces en la zona de contacto de dos o más de ellas. Estas interfaces pueden variar en escala temporal y geográfica, y en sus características fisico-químicas, oceanográficas y biológicas. Además de esto, la interfaz continente-océano resulta un componente altamente complejo y de suma importancia ecológica, tanto sea por sí misma como por su interacción con el océano lindante.
Entender los procesos que ocurren en la interfaz tierra-océano constituye un desafío pues es necesario cambiar la concepción clásica que supone que cada bioma necesita o posee conceptos teóricos propios. Sin embargo, tales conocimientos pueden transferirse y/o conectarse exitosamente, como así también pueden surgir nuevos conceptos. Este proceso genera un avance en la comprensión general del funcionamiento de los biomas, bajo una perspectiva novedosa. El ámbito de investigación de este instituto promueve el desarrollo de concepciones teóricas facilitando el progreso en el conocimiento de ambos sistemas y sus interacciones.
La zona costera es un sistema ambiental formado en el área de interacción directa entre componentes del continente, del océano y de la atmósfera. Sus características naturales incluyen playas, humedales costeros, estuarios, lagunas y dunas. Estas interfaces son muy importantes en términos de transferencia de materia y energía hacia y desde el mar.
Las marismas y sus planicies de marea son unos de los ecosistemas de interfaz más destacados debido a su diversidad biológica, como también por ser áreas de cría y reproducción de numerosos peces y áreas de alimentación para aves migratorias. La producción primaria es alta y la transferencia de esta producción a los consumidores lleva a afectar procesos en ambientes lindantes, muchas veces sustentando las tramas tróficas de estuarios y bahías. Las marismas también son muy eficientes entrampando dióxido carbono que de otra manera estaría en la atmósfera. En algunos casos las plantas de marismas costeras tienen un rol fundamental, en otros son más importantes las microalgas bentónicas o las algas y el fitoplancton de las planicies de marea. Conocer la importancia relativa de estos ecosistemas es necesario para establecer pautas referidas a manejo ambiental, desarrollo urbano y conservación, ya que un deterioro de estas áreas podría tener un efecto en cascada perjudicando a toda la trama trófica estuarial. Las dunas costeras son otro tipo de ecosistemas de interfaz que se ubican en la frontera tierra-mar. Constituyen un ambiente de transición, donde la influencia marina decrece hacia el continente generando un importante gradiente ambiental (tales como salinidad y efecto de vientos). Comprender el rol de la influencia marina en la dinámica de los ecosistemas terrestres resulta de creciente interés si se consideran los registros existentes que muestran aumentos paulatinos en el nivel del mar. El uso de estas tierras incluye instalaciones urbanas, actividades forestales, ganadería, turismo y recreación. Como consecuencia, las actividades turísticas no reguladas, el sobre-pastoreo, las plantaciones forestales y la explotación de arena constituyen las principales amenazas sobre este ambiente.
Las cuencas hidrográficas constituyen sistemas naturales de gran interés en sí mismos y desde el punto de vista de su integración con ambientes de interfaz. El origen de las cuencas y su composición geológica determinan, en primera instancia, las características físico-químicas de las mismas, manifestando su influencia sobre la biodiversidad vegetal y animal. Además, el uso de la tierra y el desgaste natural de los terrenos aledaños tienen impactos importantes tanto en la disponibilidad como en la calidad de los recursos hídricos. Las cuencas hidrográficas como sistemas naturales reúnen condiciones apropiadas para su estudio particular constituyendo un nexo relevante con el ambiente marino directo, brindando información sobre sus fuentes terrestres.
Los frentes oceánicos son sin dudas los otros ecosistemas de interfaz importantes en los ambientes marinos. En el océano, las propiedades del agua no varían gradualmente con la distancia. Existen grandes extensiones en las cuales las variaciones horizontales de temperatura y salinidad son muy pequeñas, bordeadas por regiones angostas donde los cambios horizontales son extremadamente bruscos. Estas bandas delgadas se denominan frentes. Los frentes deben ser vistos como parte de la complejidad estructural del océano a la escala del paisaje. Es un hecho bien establecido que son regiones de alta producción primaria y acrecentada actividad trófica a niveles superiores.
El conocimiento de los ecosistemas de interfaz costero/marinos (estuarios y frentes marinos) en nuestro país es sumamente dispar. El estuario del Plata y las marismas de la región son quizás los mejores conocidos ya que, en años recientes, han recibido el interés de investigadores de varias instituciones. El frente del talud continental es un sistema de especial interés tanto por sus características físicas y dinámicas como por la naturaleza de los recursos pesqueros asociados a él. Sin embargo, su extensión y localización geográfica hacen técnica y financieramente difícil su estudio, y se desconocen aún la mayoría de los procesos ecológicos básicos del sistema. El frente de mareas frente a la Península Valdés, fue identificado y descrito por primera vez como consecuencia de un episodio de intoxicación con moluscos bivalvos en 1980. Se han desarrollado desde entonces varios trabajos acerca de la oceanografía física y biológica de este sistema, al cual se hallan asociados los ciclos vitales de algunas especies como la anchoíta, el calamar y la vieira patagónica.
El resto de los sistemas está muy poco estudiado, aunque existe información dispersa y ocasional que puede ser reanalizada a la luz del marco teórico expuesto en esta propuesta.